jueves, junio 16, 2016

2016

Han sido meses, años, de ir hacia el interior, de viaje a reencontrar lo que fui antes de decidir dejar de ser lo que era para pasar a ser un producto adecuado. Y por ese camino continúo.

Quiso la fortuna que esta búsqueda me llevara a poder acceder a uno de los asuntos que siempre más busqué, las experiencias fuera del cuerpo, y he de decir que mis esperanzas de respuestas se han visto saciadas con crecer, aunque nuevas preguntas y deseos han surgido. Recomiendo altamente explorar el ensueño, as experiencias fuera del cuerpo, a todo ser, ya que allí nos encontramos con algo más cercano a nuestra esencia y es agradecido y apasionante ver cómo el sistema te pide reordenarte, seguir avanzando, dejar las máscaras. Las recompensas son muy altas, las experiencias, por pequeñas que sean, te llenan. Y no es que haya por qué buscar recompensas, pero las hay, y en el punto en que me encuentro todavía busco recompensas, aunque con esperanza de, algun día, como dice Santa Teresa de Jesús, hacerlo todo tan solo por el deseo de seguir la voluntad divina. No lo llamemos divino si hace falta, pero al final viene a ser lo mismo. Los indios los llaman, si no equivoco la comparación, ser uno con el Intento. Para mí es lo mismo. Es ser impecable, cuidar el cuerpo, los cuerpos, con el propósito de tenerlos perfectamente adecuados a la existencia plena, donde no entran personalidades, máscaras, deseos de ciertas índoles, ataduras.
Pero paso a paso.

Os mando un abrazo y ánimo adelante.

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